El sabor más dulce de Europa
Ya conoce esa sensación: va paseando por la calle, está disfrutando de un museo o recorriendo una catedral... y se pregunta por qué no eligió unos zapatos cómodos, y empieza a flaquear. Quedan aún muchas horas hasta la cena. ¿Qué puede hacer? En la mayoría de las ciudades europeas, la solución es sencilla: entrar directos en una pastelería y castigar la línea de flotación.